Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son un problema de salud mental que afecta a muchas personas, especialmente a adolescentes y adultos jóvenes. En los últimos años, los casos han aumentado de forma alarmante. La presión estética, las redes sociales y el entorno familiar pueden influir en el desarrollo de estos trastornos.
En nuestros centros de psicología en Málaga y Fuengirola, trabajamos con pacientes que enfrentan dificultades relacionadas con la alimentación. Nuestro objetivo es ofrecer una atención cercana y especializada que les ayude a recuperar el equilibrio emocional y físico.
¿Qué es un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)?
Un TCA es una alteración grave de los hábitos alimentarios. No se trata solo de comer mucho o poco, sino de una relación dañina con la comida, el cuerpo y las emociones. Está reconocido como un trastorno mental por los principales manuales diagnósticos, como el DSM-5.
Estas conductas pueden provocar daños físicos y emocionales. Es importante comprender que un TCA no se elige. Requiere comprensión, apoyo y tratamiento especializado.
En nuestro centro trabajamos desde un enfoque cognitivo-conductual. Enseñamos al paciente a identificar los pensamientos y conductas que mantienen el problema. A través de la psicoeducación, ayudamos a comprender el origen del trastorno y ofrecemos herramientas prácticas para mejorar el vínculo con la comida, el cuerpo y las emociones.
Tipos de TCA reconocidos
Cada persona vive el trastorno alimentario de forma distinta. Por eso es importante realizar una evaluación personalizada. Existen distintos tipos de TCA, y en cada uno los síntomas, la intensidad y el impacto pueden variar mucho. A continuación, explicamos los más reconocidos para ayudarte a comprender mejor estas realidades.
- Anorexia nerviosa: Se caracteriza por la restricción extrema de la alimentación. La persona tiene un miedo intenso a subir de peso y una percepción distorsionada de su cuerpo. Puede llegar a estar gravemente desnutrida sin reconocerlo.
- Bulimia nerviosa: Implica episodios de ingesta excesiva de alimentos seguidos de conductas para evitar el aumento de peso. Estas conductas pueden incluir vómitos provocados, ejercicio excesivo o uso de laxantes. Suele mantenerse en secreto.
- Trastorno por atracón: Se producen episodios recurrentes de ingesta excesiva de comida, pero sin conductas compensatorias. Genera una gran culpa y malestar emocional.
- ARFID (trastorno de evitación/restricción de la ingesta): No está relacionado con el peso o la imagen corporal. La persona evita ciertos alimentos por su textura, color o miedo a atragantarse. Puede causar deficiencias nutricionales graves.
- Otros TCA especificados o no especificados: Incluyen conductas que no encajan exactamente en los anteriores, pero que afectan de forma significativa al bienestar y la salud.
¿Cómo saber si estoy desarrollando un TCA?
Si uno nota que algo no va bien, o se observa que alguien del entorno empieza a tener comportamientos extraños con las comidas es conveniente prestar atención. Estas son algunas señales que pueden indicar la presencia de un TCA:
- Evitar comidas sociales por miedo a comer demasiado.
- Mentir sobre lo que se ha comido o saltarse comidas.
- Preocupación excesiva por el peso, la comida o el ejercicio.
- Cambios de humor, ansiedad o aislamiento.
Es importante que el entorno familiar esté atento a señales que podrían pasar desapercibidas. Por ejemplo, una adolescente que evita comer con la familia, se pesa a diario y revisa constantemente su imagen en el espejo podría estar desarrollando un TCA. A menudo, los adolescentes normalizan estos comportamientos sin entender sus riesgos, por eso es esencial detectarlos a tiempo y consultar con un profesional.
¿Qué causa un TCA?
Los TCA se pueden desencadenar por múltiples factores, algunos factores de riesgo son:
- Predisposición genética: Algunas personas tienen mayor riesgo de desarrollar un TCA por antecedentes familiares relacionados con estos trastornos.
- Baja autoestima o perfeccionismo: Quienes tienen una autoimagen negativa o buscan constantemente la perfección pueden desarrollar una relación dañina con la comida.
- Entornos familiares exigentes o sobreprotectores: La presión constante o la falta de autonomía pueden llevar a usar la comida como forma de control.
- Experiencias de acoso o traumas: Haber vivido situaciones dolorosas, como bullying o abuso, puede influir en el desarrollo de un TCA.
- Exposición constante a modelos corporales irreales en redes sociales: La comparación continua con ideales inalcanzables puede dañar la autoestima y fomentar hábitos no saludables. autoestima o perfeccionismo.
Cada caso es diferente, pero algo tan sencillo como unos comentarios hirientes en la infancia, combinado con un entorno exigente y redes sociales centradas en la imagen, pueden ser el inicio del problema.
¿A quién afecta el TCA?
Los TCA afectan a personas de todas las edades y géneros, si bien sabemos que son más comunes en mujeres adolescentes. A pesar de que es un problema que puede llegar a poner en peligro la vida de quien lo sufre, no existen datos precisos de su prevalencia en España.
Nos tenemos que remontar por ejemplo a 2018, donde según datos de la Sociedad Española de Médico Generales y de Familia: «los trastornos de la conducta alimentaria afectan a ambos sexos, son dos veces y media más frecuentes en mujeres, siendo su prevalencia en España de 4,1% a 6,4% en mujeres entre 12 y 21 años, y de 0,3% para los hombres».
Por tanto, debemos estimar que entre el 4% y el 6% de los adolescentes en España podrían presentar un TCA. Pero es que además hay muchos casos en adultos y personas mayores que pasan desapercibidos por los estereotipos asociados a estos trastornos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud de 2024, en su informe sobre salud mental de adolescentes, identifican los TCA como una de las principales causas de enfermedad en chicas adolescentes: «Afectan a un 0,1% de los adolescentes de 10 a 14 años y a un 0,4% de los de 15 a 19 años, (1) y son más frecuentes en las adolescentes que en los varones».
Cómo ayudar a una persona con TCA
Si sospechas que alguien cercano podría estar desarrollando un trastorno de conducta alimentaria, es fundamental actuar con sensibilidad y comprensión. En muchos casos, la persona afectada no es consciente de la gravedad del problema o lo niega por miedo, vergüenza o desconocimiento. Por ello, el apoyo del entorno juega un papel decisivo.
Escuchar con empatía, sin juzgar ni presionar, puede marcar la diferencia. Evita comentarios sobre su cuerpo o lo que come. En lugar de eso, ofrece ayuda de forma sincera y plantea la posibilidad de acudir a un profesional.
Es importante tener en cuenta que, si no se interviene a tiempo, el TCA puede agravarse. Las consecuencias pueden afectar tanto a la salud física como emocional: desnutrición, problemas digestivos, alteraciones hormonales, aislamiento social, ansiedad o depresión.
Acudir a terapia en las primeras etapas del problema mejora notablemente el pronóstico. En nuestro centro de psicología en Málaga, realizamos una primera valoración con el objetivo de conocer el caso, aclarar dudas y trazar un plan personalizado. La terapia se convierte en un espacio seguro donde el paciente puede expresar sus miedos y comenzar a reconstruir su bienestar paso a paso.
Lo más importante es no juzgar. Escuchar, observar y ofrecer apoyo es fundamental. Evita hacer comentarios sobre su aspecto físico o lo que come.
Si sospechas que alguien cercano tiene un TCA, anímale a consultar con un profesional. La ayuda temprana mejora el pronóstico.
Tratamiento del TCA en nuestro centro en Málaga
La primera sesión sirve para conocer el caso, valorar la situación y plantear una intervención adaptada. En nuestro centro contamos con psicólogas sanitarias especializadas en TCA y empleamos la terapia cognitivo-conductual (TCC), una de las más eficaces según la evidencia científica.
Según el caso, se trabaja también con la familia y se colabora con otros profesionales: médicos, nutricionistas o centros especializados. Si fuera necesario, se puede recomendar derivar a centros con internamiento.
Con ayuda profesional, compromiso y tiempo, muchas personas logran superar un TCA. El tratamiento ayuda a recuperar una relación sana con la comida y el cuerpo, y a fortalecer la autoestima. No se trata solo de comer bien, sino de sanar emocionalmente. Cada caso tiene su ritmo, pero es posible salir adelante.
Si sospechas que algo no va bien con tu alimentación o la de alguien cercano, no esperes. Cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados.
Puedes llamarnos, escribirnos por WhatsApp o agendar una cita sin compromiso. Estamos en Málaga y Fuengirola, y nuestro equipo está aquí para ayudarte.