Apego seguro e inseguro, diferencias

Diferencias apego seguro e inseguro

La teoría del apego en psicología describe cómo las relaciones tempranas entre los niños y sus cuidadores influyen en el desarrollo emocional y social del niño a lo largo de toda su vida. A continuación vamos a abordar las diferencias entre apego seguro e inseguro.

Si te preocupa la manera en que te relacionas con tus hijos y cómo puede afectar a su futuro, si necesitas ayuda para crear un vínculo emocional saludable y positivo con tu hijo/a, no dudes en contactar con nuestro centro de psicología en Málaga.

¿Qué es el apego?

El apego es un vínculo emocional que se establece entre dos personas, generalmente entre padres e hijos. Este vínculo es fundamental para el desarrollo socioemocional, cognitivo y psicológico del niño.

Cualquiera puede entender que un cuidador sensible y atento a las necesidades del niño proporciona un ambiente seguro y predecible para el niño, lo que ayuda al niño a desarrollar un sentido de seguridad y confianza en su entorno. Por contra, un cuidador inaccesible o inconsistente puede crear un ambiente inseguro e impredecible para el niño, lo que puede llevar a que el niño desarrolle inseguridad y ansiedad infantil.

Existen principalmente dos tipos de apego: apego seguro e inseguro. El tipo de apego se establece dependiendo en gran medida de la calidad de la relación entre el niño y los padres.

Los diferentes patrones de apego pueden tener implicaciones significativas en la vida del niño. Por ejemplo, los niños que desarrollan un apego seguro tienen más probabilidades de desarrollar relaciones saludables y duraderas en el futuro. Por otro lado, los niños que desarrollan un apego inseguro pueden tener dificultades en el establecimiento de relaciones interpersonales saludables, pueden tener problemas emocionales y pueden experimentar ansiedad y estrés en situaciones nuevas o estresantes.

Tipos de apego que pueden desarrollar los niños

Según la teoría del apego, cabe distinguir cuatro tipos principales de apego que pueden desarrollar los niños en relación con sus cuidadores durante los primeros años de vida:

  1. Apego seguro: niños que se sienten cómodos y seguros al estar cerca de sus cuidadores y confían en que sus necesidades serán satisfechas. Estos niños buscan la proximidad de su cuidador cuando se sienten inseguros o estresados, pero también son capaces de explorar el mundo de manera independiente.
  2. Apego evitativo: niños que suelen evitar buscar proximidad con su cuidador y pueden parecer distantes o desinteresados en el cuidador. Estos niños pueden haber aprendido a no confiar en que sus necesidades serán satisfechas, por lo que han aprendido a suprimir sus necesidades emocionales.
  3. Apego ambivalente o resistente: niños que pueden sentirse ansiosos y preocupados acerca de la disponibilidad de su cuidador. Estos niños pueden buscar la proximidad de su cuidador de manera excesiva, pero aún así pueden sentirse incómodos y ansiosos cuando están cerca de ellos.
  4. Apego desorganizado: niños que pueden mostrar patrones contradictorios de comportamiento. Por ejemplo, pueden buscar proximidad con su cuidador pero, al mismo tiempo, mostrar signos de miedo o rechazo hacia él o ella. Este tipo de apego puede ser el resultado de experiencias traumáticas o abuso en la relación con el cuidador.

Diferencias entre apego seguro e inseguro

Cada niño tiene su personalidad y sus circunstancias, no es sensato tratar a todos por igual. Es importante que los padres y cuidadores presten atención a las necesidades emocionales de sus hijos y proporcionen un ambiente seguro y consistente para ayudar a promover el desarrollo saludable del apego.

Esto puede incluir responder a las necesidades de los niños de manera oportuna y sensible, proporcionar apoyo emocional y físico cuando sea necesario, y fomentar la confianza y la autonomía del niño a medida que crece y se desarrolla.

El apego seguro se caracteriza por una relación en la que los padres responden de una manera sensible a las necesidades de su hijo. Esto significa que cuando el niño llora, por ejemplo, los padres se acercan a él y lo consuelan, lo que le hace sentir protegido y seguro.

Por el contrario, el apego inseguro se caracteriza por una relación en la que los padres responden de manera poco sensible a las necesidades de su hijo. En este contexto, el niño puede sentirse inseguro consigo mismo y con los demás, ansioso y desconfiado de su entorno, lo que puede tener consecuencias negativas en su desarrollo como por ejemplo problemas de conducta o dificultades en las relaciones sociales.

Las características que podemos observar en la conducta en un niño con apego seguro son:

  • Busca la proximidad del cuidador: el niño se acerca al cuidador en busca de protección, seguridad y afecto. Es una conducta instintiva y que además sus cuidadores han reforzado con el tiempo.
  • Se siente cómodo explorando el ambiente: como el niño se siente seguro y protegido, se siente capaz para explorar el ambiente de manera independiente.
  • Reacciona positivamente a la presencia del cuidador: el niño se siente feliz y tranquilo en presencia del cuidador, y su presencia es suficiente para proporcionarle seguridad emocional.
  • Se calma rápidamente: el niño es capaz de calmarse rápidamente cuando se siente angustiado o molesto, y busca la cercanía del cuidador para recibir consuelo.
  • Establece relaciones sociales saludables: tanto con niños como con adultos, ya que se siente seguro y confiado en su relación con el cuidador.

Si observas estas características en tus hijos, enhorabuena, estás en el buen camino. Por contra, las conductas que solemos observar en niños con apego inseguro son:

  • Llanto o quejas frecuentes: pueden llorar o quejarse con frecuencia para llamar la atención de su cuidador y obtener la seguridad y el consuelo que necesitan.
  • Evitación del contacto visual: algunos niños pueden evitar el contacto visual con su cuidador, posiblemente porque se sienten incómodos o inseguros en su presencia.
  • Ansiedad al separarse: pueden mostrar ansiedad y angustia cuando se separan de su cuidador, incluso en situaciones en las que la separación es temporal.
  • Evitación del contacto físico: algunos pueden evitar el contacto físico con su cuidador, como abrazos o caricias, posiblemente porque no se sienten cómodos o seguros en su presencia.
  • Dificultad para calmarse: pueden tener dificultades para calmarse a sí mismos después de experimentar una emoción intensa, como la ira o la tristeza.
  • Hiperactividad o conducta desafiante: pueden mostrar conductas hiperactivas o desafiantes para llamar la atención de su cuidador o como una forma de expresar su ansiedad o incomodidad.

Como ves, existen claras diferencias entre apego seguro e inseguro. No obstante, hay que tener presente que el tipo de apego que desarrolla un niño no es permanente. Si lo trabajamos puede cambiar a lo largo del tiempo en función de las experiencias y las interacciones con sus cuidadores. Por tanto no debemos tirar la toalla, siempre hay posibilidad de mejorar.

Como profesionales, en nuestro centro ayudamos a los padres a comprender la importancia del apego seguro y proporcionarles herramientas para fomentar una relación segura y saludable con sus hijos. Regularmente organizamos talleres para padres sobre la crianza positiva, si te interesa asistir no dudes en contactar con nuestro centro de Fuengirola.

¿Cómo desarrollar un apego seguro con tus hijos?

Desarrollar un apego seguro en tus hijos es esencial para su bienestar emocional y su desarrollo saludable. Aquí te damos algunas pautas por las que puedes empezar para fomentar un apego seguro con tus hijos:

  1. Crea un vínculo emocional cercano desde el principio.
  2. Practica la escucha activa. Escucha a tus hijos con atención y empatía. Valida sus emociones y presta atención a lo que están diciendo, incluso si no estás de acuerdo con ellos. Esto les ayuda a sentirse escuchados y comprendidos.
  3. Asegura un ambiente seguro. Asegúrate de que tus hijos se sientan seguros y protegidos. Proporciona un ambiente estable y seguro para que tus hijos se sientan cómodos expresando sus necesidades y emociones.
  4. Establece límites claros y consistentes. Los límites y las normas son importantes para los niños. Ayuda a tus hijos a entender lo que es aceptable y lo que no lo es, y proporciona consecuencias coherentes si se cruzan los límites.
  5. Dedica tiempo a estar juntos. Dedica tiempo de calidad con tus hijos todos los días. Participa en actividades que les gusten y crea un ambiente positivo.

Si buscas ayuda para fomentar un apego seguro con tus hijos, en el centro de psicología Cecilia Cores podemos ayudarte. Ahora puedes contactarnos enviando el formulario de contacto, whatsapp o llamando directamente.

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