Redes sociales y salud mental en adolescentes en 2025

Redes sociales y salud mental en adolescentes en 2025

El uso de las redes sociales se ha convertido en una parte fundamental del día a día de niños y adolescentes. Para madres, padres y educadores, esto plantea dudas razonables: ¿Hasta qué punto puede afectar el bienestar psicológico? ¿Cuándo debería preocuparnos el uso que hacen de estas plataformas?

No se trata de demonizar la tecnología ni de prohibir su uso, sino de acompañar desde una perspectiva psicológica basada en el conocimiento, la evidencia y el sentido común.

Análisis del estudio: TikTok e Instagram en el punto de mira

En 2024, investigadoras de la Universitat Pompeu Fabra y la Universitat Oberta de Catalunya analizaron la relación entre redes sociales y bienestar psicológico en más de 1.000 adolescentes españoles de entre 12 y 18 años. Los resultados, publicados en la Revista de Comunicación, reflejan tendencias preocupantes:

  • El 70,7% de los adolescentes usan TikTok y el 63,8% Instagram.
  • Las chicas perciben un impacto negativo mayor sobre su bienestar emocional que los chicos.
  • Puntúan significativamente más bajo en la escala de bienestar psicológico (2,99 frente a 3,31 en ellos).
  • El aspecto físico, la validación social y la presión estética están más presentes en los contenidos que ellas consumen.

Aunque también se observaron efectos positivos como la pertenencia a un grupo o la capacidad de expresarse, el estudio confirma la necesidad urgente de reforzar la educación emocional y la mirada crítica sobre el uso de redes sociales.

¿Por qué son tan importantes las redes sociales en la adolescencia?

Durante esta etapa, los adolescentes construyen su identidad personal y social. Las redes sociales cumplen funciones psicológicas que antes se resolvían en otros espacios. Algunas de las más importantes son:

  • Validación externa. Los adolescentes buscan aprobación a través de los «me gusta», comentarios y número de seguidores. Estos indicadores pueden convertirse en una fuente de autoestima.
  • Pertenencia a grupos. Las redes permiten sentirse parte de una comunidad, especialmente en un momento donde el grupo de iguales es fundamental.
  • Búsqueda de modelos. En estas plataformas encuentran referentes con los que se identifican o aspiran parecerse, lo cual influye en sus valores e intereses.
  • Expresión personal. A través de publicaciones, vídeos y comentarios, los jóvenes muestran su personalidad, humor, gustos y opiniones.

Estas funciones pueden ser positivas cuando se integran con un desarrollo emocional saludable. Sin embargo, si se vuelven la única fuente de reconocimiento o interacción social, pueden surgir problemas como dependencia emocional, ansiedad o baja autoestima.

Diferencias de género: mayor vulnerabilidad entre las chicas

El estudio destaca una diferencia clave: las adolescentes se sienten más afectadas a nivel emocional. Las razones incluyen:

  • Mayor exposición a contenido sobre moda y belleza. Las chicas reciben sugerencias frecuentes de vídeos sobre rutinas de cuidado facial, maquillaje o dietas, lo que puede distorsionar su percepción corporal.
  • Más necesidad de validación externa. Muchas adolescentes valoran su imagen según el número de likes o comentarios, lo que genera dependencia emocional.
  • Mayor autocrítica sobre la imagen corporal. Al compararse constantemente con cuerpos idealizados, pueden desarrollar baja autoestima o trastornos relacionados con la alimentación.

En cambio, los chicos reciben más contenido relacionado con agresividad, deportes o competitividad. Este enfoque puede reforzar estereotipos como la masculinidad tóxica, dificultando la expresión emocional y fomentando actitudes de dominio.

Preadolescencia y adolescencia: ¿Cuándo intervenir desde casa?

En la preadolescencia de los 9 a los 12 años

Durante esta etapa, los menores comienzan a mostrar interés por las redes sociales y el uso de dispositivos móviles. Es fundamental acompañarles desde el principio, estableciendo un entorno digital seguro y educativo. Las normas sobre el tiempo de uso, el tipo de contenido permitido y la privacidad deben estar claras y ser consensuadas. Este acompañamiento debe incluir el fomento de la autoestima, el desarrollo de habilidades sociales y la promoción del pensamiento crítico para que comprendan el contenido que consumen.

Por ejemplo, si un niño ve constantemente vídeos de retos virales, es útil analizar con él el mensaje detrás de esos contenidos y si realmente aportan algo positivo. Este tipo de diálogo fomenta una actitud reflexiva frente a la tecnología.

En la adolescencia de los 13 a los 18 años

En esta etapa, la autonomía es mayor, pero los riesgos también. Es importante observar cambios emocionales, conductuales o en las rutinas del adolescente que puedan estar relacionados con el uso de redes sociales. En lugar de imponer prohibiciones, lo más efectivo es mantener el diálogo abierto, sin juicios.

Si, por ejemplo, notas que tu hijo se irrita al dejar el móvil o pasa demasiadas horas viendo vídeos sobre apariencia física, es momento de hablar con él sobre cómo le hace sentir ese contenido. Establecer acuerdos y ayudarle a cuestionar lo que ve, le permitirá desarrollar una mirada crítica y proteger su bienestar emocional.?

Cuándo buscar ayuda psicológica

Detectar problemas derivados del uso de redes sociales puede resultar difícil, sobre todo cuando los adolescentes se muestran herméticos. Sin embargo, existen señales que conviene atender y que pueden indicar la necesidad de una intervención profesional.

  • Ansiedad o tristeza persistente relacionada con redes sociales. Si observas que tu hijo presenta cambios bruscos de humor, está constantemente preocupado por su apariencia o reacciona con angustia ante los comentarios en redes, es importante actuar.
  • Dificultades para desconectar del móvil. Cuando el adolescente se muestra irritable al no tener acceso al dispositivo o pasa muchas horas en redes sin poder limitar su uso.
  • Problemas de autoestima. Comentarios negativos sobre su aspecto físico, comparaciones constantes con otros o inseguridad para relacionarse pueden tener su origen en el contenido consumido.
  • Aislamiento social. Si deja de salir con sus amigos, evita planes familiares o pierde interés en actividades que antes disfrutaba, es momento de valorar una ayuda externa.
  • Conflictos familiares continuos por el uso de tecnología. Las discusiones frecuentes sobre los dispositivos pueden reflejar un problema más profundo que necesita ser abordado con apoyo profesional.

En nuestro centro de psicología contamos con especialistas en infancia y adolescencia que pueden ayudarte a entender lo que está pasando y trabajar con tu hijo o hija para mejorar su bienestar. Atendemos de forma presencial en Fuengirola (Málaga) y también ofrecemos terapia online.

Fuente: Adolescentes, TikTok e Instagram: percepciones sobre el impacto de las tecnologías digitales en su vida social y la Opinión de Málaga

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