Mi hijo piensa cosas malas

Mi hijo piensa cosas malas

Hay niños que piensan que son malos porque en su cabeza aparecen pensamientos perturbadores, relacionados por ejemplo con la crueldad, la violencia o la sexualidad. ¿Es normal? ¿Por qué mi hijo piensa cosas malas?

Los Pensamientos Intrusivos

Uno de los problemas a los que nos podemos enfrentar padres, psicólogos y educadores es precisamente lidiar con los pensamientos intrusivos de nuestros hijos.

Estos pensamientos pueden ser crueles (un amigo de la familia es gordo o feo), sexuales (se imaginan escenas eróticas o personas desnudas) o violentos (el niño cree que quiere matar a su familia).

Los niños se siente responsables, se preocupan por pensar en estas cosas, y probablemente recurran a los padres o algún adulto de confianza para confesar e intentar que les confirmen que están bien, que no es malo ni tiene ninguna enfermedad mental.

Si es algo puntual se suele dejar pasar, pero si la confesión es constante los padres probablemente se van a empezar a preocupar seriamente.

Ante esta situación es habitual que los progenitores contacten con un psicólogo infantil porque su hijo piensa cosas malas. Es importante mantener la calma y trabajar los errores del pensamiento, además de dar pautas para el hogar.

En realidad es muy común que los niños piensen en estos temas, por ejemplo el querer matar a la gente o a sus familiares. Es una distorsión relacionada que podría estar relacionada con el miedo a la muerte o la pérdida de familiares.

¿Por qué mi hijo piensa cosas malas?

Muchos niños y adolescentes presentan personalidad ansiosa y parte de esa reacción y preocupación se materializa en pensamientos negativos e intrusivos que ellos identifican como «malos pensamientos» o «pensar en cosas malas».

La mayoría de los niños, especialmente si son menores de 12 años, sienten la necesidad de confesarlos a sus padres. Esto es positivo porque lo podremos trabajar, no hay que pensar inmediatamente que el niño sufre un trastorno psicológico.

Más preocupante sería que no pudiese compartirlo con sus padres. Con el paso del tiempo, rumiar pensamientos negativos puede contribuir al desarrollo de personalidad ansiosa o incluso un trastorno de ansiedad en la edad adulta.

Por ejemplo pueden aparecer sesgos cognitivos del estilo: «Debe haber algo malo en mí para que tenga ese pensamiento» o «debo ser una persona horrible si tengo ese pensamiento». A partir de aquí pueden incluso ver posible llevar a acabo esos pensamientos, por lo que comienzan a distorsionar la realidad. Como es natural esto les produce gran angustia y ansiedad que retroalimentan el miedo y les hace entrar en bucle permanente.

No hay que perder la calma, simplemente nos encontramos ante un error del pensamiento que requiere de identificación y ayuda por parte de los adultos. El cerebro de los niños se está desarrollando y por lo general cuanto más intentan controlarlo ellos solos o evitar los pensamientos pertubadores, más vienen a su cabeza.

¿Cómo podemos ayudar a manejar los «malos pensamientos»?

El objetivo es simple: ayudar a los niños a reconocer que sus pensamientos son sólo pensamientos. Hay que enseñar a los niños a identificar sus pensamientos obsesivos como algo separado de ellos mismos.

En consulta en primer lugar hablamos del tema para identificar sus miedos y preocupaciones. Queremos que el niño exprese lo que siente y cómo lo siente, si lo prefiere se puede escribir en el papel.

Luego le vamos a ayudar a separar esos pensamientos de su personalidad. Por ejemplo si se presenta una madre con un hijo de 10 años que tiene malos pensamientos, a la que se le pasa por le cabeza matar a su familia, vamos a dejarle claro que esto no implica que lo vaya a hacer o que se vaya a convertir en uno asesino.

Además vamos a realizar una pequeña reestructuración cognitiva y volveremos a formular el pensamiento en una línea similar que no implique contenido negativo. Siguiendo con el ejemplo anterior, cuando el niño dice «pienso en matar a mi familia» (el niño es el sujeto de la acción negativa). Mediante reestructuración cognitiva le hacemos ver que en realidad lo que ocurre es que tiene miedo a perder a su familia (ahora no es el sujeto de la acción del pensamiento negativo).

Si tu hijo piensa cosas malas, por ejemplo piensa mucho en la muerte y le angustia, la psicoterapia infantil le puede ayudar. Nosotros te podemos atender de forma presencial en Málaga o bien a través de Internet en una consulta online. Llámanos o envía el siguiente formulario contándonos tu caso.

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