Asociar la comida a las emociones puede desencadenar graves problemas de salud. Comer por ansiedad o estrés pueden ser síntomas de una ingesta emocional. Si te preocupa o ves que está afectando a tu salud, no dudes en contactar con nosotros para obtener ayuda.
La ingesta emocional puede afectar a cualquier persona con problemas de ansiedad o estrés. Uno simplemente se encuentra mal y comienza a comer, llegando a ingerir cantidades innecesarias de calorías. Te preguntarás por qué ocurre esto y por qué nos sentimos calmados cuando comemos.
En este artículo te explicamos en qué consiste la ingesta emocional y cómo tratarla para tener una relación normal con la comida. Si además estás intentando perder peso te pondremos en el buen camino para que puedas cumplir tus objetivos, logrando un equilibrio entre la salud física y mental. Si ves que se te hace cuesta arriba, que te vendría bien un grupo de apoyo, nuestro centro de psicología coordina terapias de grupo para ingesta emocional, tanto presencial como online. Contáctanos y te informaremos sin compromiso.
Comer por ansiedad o estrés: la ingesta emocional
La ingesta emocional hace referencia al acto de comer en respuesta a las emociones, en lugar de la necesidad física. A menudo se asocia con comer en exceso o comer alimentos poco saludables como forma de enfrentar o controlar emociones negativas como el estrés, la ansiedad, la tristeza, etc.
La ingesta emocional puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud física y mental. De hecho en bastantes casos de obesidad es un factor importante, así como en otros problemas de salud relacionados con la alimentación, como anorexia o bulimia.
¿Influyen las emociones en nuestra alimentación?
Sí, las emociones pueden influir en nuestra alimentación. A menudo, las emociones pueden llevarnos a elegir alimentos basados en nuestras necesidades emocionales en lugar de nuestras necesidades físicas reales.
Además, la relación con la comida y con el cuerpo puede estar influenciada por nuestras emociones y sentimientos, como la inseguridad o la baja autoestima. Por lo tanto, es importante aprender a reconocer cómo las emociones pueden influir en nuestras decisiones alimentarias y trabajar en una relación más saludable con la comida y nuestro cuerpo.
Comer por ansiedad y estrés, ¿cómo afecta a la alimentación?
La ansiedad y el estrés son dos de las principales causas de la ingesta emocional y pueden llevar a hábitos alimenticios poco saludables y a una ingesta excesiva de calorías. Por lo tanto, es importante encontrar formas saludables de manejar la ansiedad y el estrés que no involucren la alimentación.
La ansiedad o el estrés pueden afectar a la alimentación de varias maneras:
- Comer en exceso o sin control. La ansiedad puede hacer que las personas coman de más y de forma descontrolada. Además es habitual escoger alimentos poco saludables, como dulces, alimentos fritos, etc.
- Dificultad para concentrarse en la comida. La ansiedad y el estrés pueden generar que las personas no puedan concentrarse en su comida y no disfruten de la experiencia de comer.
- Evitar comidas. Asociar las emociones a la comida puede generar que las personas eviten las comidas y puedan perder el apetito.
- Trastornos alimentarios. La ansiedad puede contribuir a trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia.
- Hábitos alimenticios poco saludables. La ansiedad puede llevar a malos hábitos alimenticios como: comer en exceso, elegir alimentos poco saludables, comer a deshoras, etc.
Es importante buscar ayuda profesional si la ansiedad está afectando significativamente a la alimentación y a la salud en general. Con terapia y cambios en el estilo de vida es posible manejar la ansiedad y mejorar los hábitos alimenticios.
Taller para aprender a gestionar las emociones con la comida
Si llevas tiempo teniendo dificultades a la hora de relacionarte con la comida y sientes que necesitas apoyo, contacta con el Centro Psicológico Cecilia Cores y te ayudaremos.
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En estas sesiones semanales nuestra psicóloga general sanitaria te ayudará a identificar las emociones, conocer el origen del problema y enseñarte herramientas de autocontrol emocional para cambiar tu relación con la comida.
