Sufrir un ataque de pánico puede ser una experiencia aterradora y desconcertante. Si has pasado por esta situación y no tienes claras las causas, lo mejor es buscar ayuda profesional.
Cuando una persona ha sufrido un ataque de pánico, la peor parte puede ser el gran temor de que vuelva a ocurrir. Si estás leyendo este artículo es porque probablemente has sufrido uno o quizás alguna personas conocida.
La primera cosa que debe hacer una persona que está experimentando un ataque de pánico es tomar algunas medidas para calmarse. Por ejemplo podría ser útil: respirar profundamente, salir de la situación si es posible y/o realizar algún otro tipo de actividad relajante.
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es una reacción de ansiedad repentina que se caracteriza por una sensación de miedo intenso y desproporcionado. Esta situación se puede desencadenar como respuesta a una situación determinada o de forma totalmente inesperada.
Por lo general, los ataques de pánico suelen ser repentinos e inesperados y se acompañan de una serie de síntomas físicos y emocionales bastante desagradables. Como por ejemplo: palpitaciones, sudoración excesiva, temblores, mareo, sensación de ahogo, miedo a perder el control e incluso a morir de un ataque al corazón.
En ocasiones suceden como reacción a situaciones estresantes o traumáticas, en algunos casos nuestra genética nos puede predisponer con mayor facilidad a este tipo de situaciones.
En ocasiones, se puede volver tan grave que las personas cogen miedo a salir de sus casas para evitar lugares y situaciones en las que se puede desencadenar un ataque de pánico. A este miedo se le llama agorafobia. Como es natural, esta media de aislamiento no es positiva ni ayuda a superar el problema.
Síntomas de un ataque de pánico
Algunos de los síntomas más comunes cuando estamos sufriendo un ataque de ansiedad son tanto físicos como mentales:
- Sudoración excesiva.
- Taquicardia.
- Sensación de ahogo.
- Temblores.
- Desmayos.
- Visión borrosa.
Para tu tranquilidad debes saber la gente no se muere por un ataque de pánico, aunque algunos lleguen a tener esa sensación.
Es importante tener en cuenta que los ataques de pánico no desaparecerán por sí solos y son difíciles de manejar por cuenta propia . Lo ideal es buscar ayuda profesional para identificar su origen y saber cómo actuar en el caso de que vuelvan a ocurrir.
Consecuencias de sufrir ataques de pánico
Cualquier persona que experimenta un ataque de pánico sabe que es un experiencia incómoda, e incluso aterradora. Sin embargo no son dañinos en sí mismos, pero puede provocar consecuencias que afecta al estilo o calidad de vida de una persona.
Una persona sin ayuda ni un asesoramiento adecuado podría tomar decisiones como evitar salir a la calle, evitar quedar con personas, etc. En definitiva evitar aquellas situaciones que considera que pueden desencadenar el ataque de pánico.
Limitar nuestra vida o actividades cotidianas sin duda es una mala idea. Puede afectar a nuestra relación con otras personas, a los estudio, al trabajo y a nuestro autoestima. Además estos ataques pueden ser un signo de un trastorno de ansiedad que probablemente necesita tratamiento.
Si consideras que has sufrido un ataque de pánico y te identificas con alguna de las consecuencias que hemos comentado, nuestra recomendación es que acudas a un psicólogo con experiencia en este tipo de trastornos.
¿Qué solución hay ante los ataques de pánico?
Lo primordial es encontrar un profesional de la psicología o psiquiatría, evita cualquier otro tipo de terapeuta que no este colegiado, ya que probablemente perderás tu tiempo y tu dinero.
Dependiendo del caso, en nuestro de centro de psicología recurrimos a la terapia cognitivo-conductual, y si fuera necesario al uso de medicamentos ansiolíticos, ya que pueden ser dos opciones muy efectivas para controlar los ataques de pánico y los trastornos de ansiedad.
Mediante terapia se aprende a identificar y controlar los pensamientos y emociones negativas que lo desencadenan y logramos evitar que vuelvan a ocurrir.