En este artículo abordaremos en detalle los diferentes síntomas de ansiedad, desde los más físicos hasta los psicológicos, y veremos cómo afectan tanto a niños como a adultos. También exploraremos los factores de riesgo que pueden incrementar la probabilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad.
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro, pero cuando se vuelve constante y desproporcionada, puede afectar gravemente la calidad de vida. Tanto en adultos como en niños, la ansiedad puede manifestarse de diversas maneras, con síntomas físicos y emocionales que dificultan el día a día.
Es fundamental reconocer estos síntomas a tiempo para buscar el tratamiento adecuado y evitar que la ansiedad se cronifique o desencadene otros problemas de salud mental. La buena noticia es que este trastorno puede ser tratado de manera efectiva mediante terapia y, en algunos casos, con la ayuda de psicofármacos.
Si te identificas con alguno de los síntomas que describiremos o crees que algún familiar podría estar experimentando ansiedad, no dudes en buscar ayuda profesional. En nuestro centro, ofrecemos apoyo especializado para tratar los trastornos de ansiedad y mejorar la calidad de vida.
Síntomas físicos de ansiedad
Los síntomas físicos de la ansiedad son las señales que el cuerpo envía cuando está en un estado constante de alerta. La ansiedad, si no se controla, puede generar molestias físicas que afectan al bienestar general.
Algunos de los síntomas de ansiedad en mujeres y hombres más comunes son:
- Palpitaciones o taquicardias: Sentir que el corazón late de manera rápida o fuerte es común durante los episodios de ansiedad. Esta aceleración del ritmo cardíaco ocurre como parte de la respuesta de «lucha o huida» del cuerpo.
- Tensión muscular: El estrés y la ansiedad generan una contracción constante de los músculos, en especial los del cuello, hombros y espalda. Esta tensión prolongada puede causar dolores de cabeza, migrañas o malestar general.
- Problemas gastrointestinales: La ansiedad suele provocar molestias en el sistema digestivo. Esto puede incluir dolor de estómago, hinchazón, diarrea, náuseas y, en algunos casos, síndrome del intestino irritable.
- Sudoración excesiva: Algunas personas experimentan un aumento en la sudoración, incluso en situaciones que normalmente no lo justificarían, como en reposo o en ambientes frescos.
- Dificultades respiratorias: La ansiedad puede causar hiperventilación o sensación de falta de aire. Estos episodios suelen estar acompañados de mareos o sensación de ahogo.
- Fatiga: Sentirse agotado es otro síntoma común, ya que el cuerpo se desgasta al estar en constante estado de alerta. La fatiga puede estar relacionada con la falta de sueño o por el estrés prolongado.
- Dolor en el pecho: Algunas personas con ansiedad reportan dolor o presión en el pecho, lo que a menudo genera miedo a sufrir un ataque cardíaco, exacerbando los síntomas de ansiedad.
- Dificultades para dormir: El insomnio o los despertares constantes son signos frecuentes de ansiedad. La preocupación constante puede dificultar la conciliación del sueño, afectando la calidad del descanso.
Síntomas psicológicos o mentales de ansiedad
Además de los síntomas físicos, la ansiedad afecta significativamente el bienestar mental y emocional. Los siguientes síntomas pueden presentarse en personas que sufren este trastorno:
- Preocupaciones constantes: Las personas con ansiedad a menudo se preocupan en exceso por situaciones cotidianas. Esta preocupación es desproporcionada con la situación real y dificulta la concentración.
- Pensamientos recurrentes o acelerados: La mente no para de imaginar escenarios catastróficos o problemas que no tienen solución inmediata. Estos pensamientos suelen ser difíciles de controlar y generan malestar.
- Sensación de peligro inminente: La ansiedad provoca una constante sensación de que algo malo está por ocurrir. Este temor no siempre está vinculado a una amenaza real, pero es persistente.
- Irritabilidad: Las personas con ansiedad tienden a sentirse irritables y frustradas. Cualquier situación puede desencadenar una respuesta emocional intensa, lo que afecta las relaciones interpersonales.
- Dificultad para concentrarse: La mente se distrae fácilmente con pensamientos intrusivos, lo que dificulta el enfoque en las tareas diarias. Esto puede afectar el rendimiento en el trabajo o los estudios.
- Sensación de agobio o angustia: Las personas con ansiedad a menudo describen sentir una carga emocional constante. La sensación de estar «abrumado» es común, incluso en situaciones que normalmente no deberían causar estrés.
- Ataques de ansiedad o pánico: Estos episodios son picos de miedo intenso que aparecen de forma repentina. Durante un ataque de pánico, la persona puede experimentar sudoración, palpitaciones, temblores y una sensación de perder el control.
Síntomas de ansiedad en niños
La ansiedad también puede afectar a los niños, aunque los síntomas pueden ser más difíciles de identificar que en los adultos. Los niños suelen manifestar su ansiedad a través de cambios en su comportamiento y malestares físicos:
- Miedo a la separación: Los niños con ansiedad por separación tienen un temor desproporcionado de estar lejos de sus padres o cuidadores. Pueden negarse a ir a la escuela o a dormir solos.
- Ansiedad social: Los niños pueden evitar situaciones sociales por miedo a ser juzgados o rechazados por sus compañeros. Esto se manifiesta en comportamientos como evitar hablar en clase o no querer participar en actividades grupales.
- Problemas de sueño: Al igual que los adultos, los niños con ansiedad suelen tener dificultades para dormir. Pueden tener pesadillas recurrentes o problemas para conciliar el sueño.
- Síntomas físicos: Los niños a menudo expresan su ansiedad a través de síntomas físicos como dolores de estómago, dolores de cabeza o fatiga. Estos síntomas pueden ser constantes y empeorar en situaciones de estrés.
- Irritabilidad o enojo: Los niños ansiosos pueden parecer más irritables o propensos a los berrinches. La frustración por no poder expresar lo que sienten o el miedo puede llevarlos a reaccionar de manera exagerada ante pequeños problemas.
Es importante prestar atención a los eventos que pueden desencadenar la ansiedad en los niños. Situaciones como el inicio de la escuela, conflictos familiares o cambios en el entorno pueden contribuir al desarrollo de un trastorno de ansiedad.
Factores de riesgo
Diversos factores aumentan la probabilidad de desarrollar ansiedad. Estos factores pueden ser ambientales, genéticos o relacionados con experiencias de vida:
- Eventos traumáticos: Las personas que han experimentado situaciones traumáticas, como abuso o accidentes graves, tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad.
- Antecedentes familiares: Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios. Si uno o ambos padres padecen ansiedad, es probable que los hijos también desarrollen algún tipo de trastorno.
- Estrés prolongado: Las personas que enfrentan niveles altos de estrés durante un largo período son más propensas a desarrollar ansiedad. Factores como el estrés laboral, problemas financieros o problemas de salud pueden desencadenarla.
- Personalidad: Algunas características de personalidad, como el perfeccionismo o la tendencia a evitar riesgos, pueden predisponer a una persona a padecer ansiedad.
- Uso de sustancias: El consumo de alcohol, drogas o el uso excesivo de medicamentos puede empeorar los síntomas de ansiedad o desencadenar episodios de pánico.
Psicólogas especialistas en ansiedad
Si te identificas con alguno de estos síntomas o factores de riesgo, es importante que busques ayuda profesional. En nuestro centro de psicología ofrecemos apoyo especializado, tanto presencial como online, para ayudarte a gestionar la ansiedad y mejorar tu bienestar.
Contamos con un excelente equipo de psicólogas sanitarias lideradas por Cecilia Cores. Contacta con nosotras hoy mismo para resolver cualquier duda o programar tu primera consulta.