En la infancia, el pegar o morder son comportamientos relativamente comunes en estas edades.
Cuando un niño/a pega y muerde muchos padres se pueden sentir culpables y tener un sentimiento de estar haciendo algo mal, pero no es así.
Ante esta situación, lo que tenemos que hacer es mantener la calma y tener en cuenta que pegar forma parte de una etapa por la que todos los niños pasan.
Aunque sea algo bastante común en los niños en edades tempranas de la infancia y sea una manera de expresar sentimientos y comunicarse, es importante recordarles que pegar es un comportamiento inaceptable y debemos corregirles para que no continúen con estas malas conductas y se produzcan unas consecuencias negativas a largo plazo.
¿Por qué mi hijo de 3 años me pega?
Cuando no obtienen lo que quieren, están cansados o porque se sienten incomprendidos, manifiestan emociones de ira y rabia que pueden expresarse pegando, mordiendo, gritando o incluso en algunas ocasiones autolesionándose.
La causa viene porque es su forma de mostrar sus sentimientos y comunicarse. Los niños/as a esa edad todavía no saben cómo gestionar y canalizar ciertas emociones. Existe una falta de equilibrio a la hora de mostrar las emociones.
En estos casos, los padres tienen que tener paciencia y enseñarles poco a poco cómo gestionar esas emociones; cómo enseñarles a identificar y gestionar esas emociones. Este proceso de aprendizaje requiere de tiempo y durante ese tiempo habrá episodios de rabia por parte de los pequeños, los cuáles hay que estar preparados para afrontar y ayudarles a mejorar.
Mi hijo de 3 años me pega, ¿qué hago?
Es importante que los padres y madres cuando un niño les pega o muerde sepan cómo reconducir esa conducta. Tenemos que hacerles saber que esa actitud no es la adecuada y que están haciendo algo mal.
Aquí te dejo algunos consejos para corregir conductas agresivas que se dan en los niños en los primeros años de vida:
- Mantener la calma y tener paciencia. Es lo más importante y lo primero que tenemos que hacer cuando presenciamos un manotazo de nuestro hijo/a. Además, si pegar se convierte en una conducta y se produce de manera continua, ponerle solución conllevará tiempo.
- Ponte en su lugar. Los niños a esa edad todavía no controlan sus emociones y cómo expresarlas. Los niños pequeños tienen poco autocontrol y necesitan de los mayores para que le enseñen cómo actuar y decirle lo que está bien y lo que no.
- Hazle saber que está haciendo algo mal. Mantener una postura seria y firme diciéndole que «no se muerde, que duele». Mostrar seriedad y disgusto, hará que el menor asocie su comportamiento a un mal comportamiento.
- No tengas una respuesta negativa. Nunca, bajo ningún concepto, utilices la violencia para enseñarle que no se tiene que pegar. Si lo haces, solo harás que tu hijo se vuelva más agresivo.
- No tengas malas palabras hacia el menor. Recuerda que los niños/as a esa edad no son conscientes de lo que hacen. Evitar decirles «ya no te quiero» o «qué malo eres». Estas palabras pueden afectar a la autoestima y al afecto que sienten hacia los padres.
Si a esta conducta de pegar o morder ve que no tiene una mejoría, no dude en contactarme. Cecilia Cores psicóloga, especialista en psicoterapia infantil.