Cuando educamos a los niños, les ayudamos fomentar el autoestima y la confianza en sí mismos, esto es convertirles en adultos maduros. Pero en la sociedad de hoy en día, en muchos casos podemos convertirles en víctimas de sus propias inseguridades, con la sobreprotección y la ausencia de límites, por eso debemos ayudarles a fomentar el autoestima en ellos mismos.
Educar a niños y adolescentes con autoestima y confianza en sí mismos significa convertirles en adultos maduros. Pero hoy en día la sobreprotección y la ausencia de límites les transforma en víctimas de sus propias inseguridades.
¿Cómo fomentar el autoestima?
En muchos casos, el autoestima se puede ver afectada por las expectativas que puedan tener los padres, y se debe tener en cuenta que las críticas y opiniones de los adultos hacia los niños tiene mucha influencia en la percepción de cómo se irán formando en sí mismos.
Es muy importante saber que no debemos crear un autoestima, ni muy bajo ni muy alto, sino un autoestima adecuado a lo que somos.
Los padres deben tener en cuenta que en algunos casos, pueden aparecer en los niños síntomas o problemas de baja autoestima. Cuando esto ocurre no hay que ponerse nervioso, simplemente se debe prestar atención y ayudarlos a que los superen. Si vemos que no se puede o resulta difícil será el momento de buscar ayuda en un psicólogo infantil.
Estrategias para fomentar el autoestima en los niños
Todos, tanto adultos como niños, tienen virtudes y defectos. Para toda persona es muy importante ser aceptado como es. Por eso no debemos exigirles que sean perfectos. Esto crea una fortaleza y la seguridad para cambiar lo que si podemos cambiar de uno mismo. Por lo tanto, acepta a tu hijo tal y como es.
Siempre hay tener en cuenta que debemos ser un modelo positivo para nuestros hijos. Si nos aceptamos a nosotros mismos y no somos exigentes o poco realistas con nuestras limitaciones, conseguiremos que nuestro hijo sea un reflejo de nosotros. Debemos cuidar la propia valoración de nosotros mismos y seremos el mejor modelo a seguir de nuestros hijos.
La clave más importante, el amor incondicional
En todos los casos, para fomentar el autoestima, el amor sin condiciones se produce por todo lo mencionado, aceptando a nuestro hijo con todas las fortalezas y debilidades.
Es muy importante que si nos enfadamos con él por algo que ha hecho, debemos enfadarnos con lo que hizo o su comportamiento, pero nunca con él como persona. Hay que dejarle muy claro al regañarle que es con su conducta, no con él.
Las expresiones mas dañinas para su autoestima, pueden ser, «eres malo» o «yo así no te quiero». Hay que dejarle claro que es su comportamiento lo que está mal. Por eso debemos decirle «lo que has hecho está mal» o «no me ha gustado eso que has hecho».
Hay que dejar siempre claro que aunque estemos enfadados con nuestro hijo, no le hemos dejado de querer. Por eso hay que usar frases como: «porque te quiero y quiero lo mejor para ti, hay que cosas que no debo permitir que hagas».
Si lo que queremos es cambiar una conducta de él, los mensajes tienen que ir dirigidos hacia su conducta o su forma de pensar, pero no hacia el niño directamente. Hay que decirle siempre lo mucho que se le quiere o lo orgulloso que se está de él.
Hay que saber hacerlo de manera honesta, sin exageraciones. Los niños no son tontos, perciben cuando se es sincero y se le dicen las cosas de corazón. En resumidas palabras, hay que demostrarle un amor incondicional.
Evitar las «etiquetas» a los niños
Las etiquetas negativas se vuelven limitadoras en el niño y perdura incluso cuando se hace adulto. Todas las etiquetas producen malestar, da igual que sean serias o en broma, como burla o desde el cariño.
Por ejemplo no le puedo decir enfadado al romper algo: «¡eres un torpe!». Es como decirle de broma reiterada «manos de mantequilla» o también cosas como «deja cariño, lo hago yo porque tú rompes todo».
Sea como sea el tono del mensaje, al niño se le quedará soy torpe, no sirvo y se impondrá como una limitación en su vida. Los niños están en edad de aprender, por lo que no debemos encasillarles en que son agresivos, torpes o inútiles. Porque podremos hacer que se queden en eso, incluso durante su edad adulta. Por eso, lo más importante siempre es evitar etiquetar a tu hijo.
Si tu hijo tiene baja autoestima y no sabes cómo ayudarle, puedes buscar ayuda profesional, contáctanos sin compromiso.