¿Has oido hablar del Trastorno Alimentario Compulsivo? Quizás desde hace tiempo eres consciente de que no llevas una buena alimentación, pero te gustaría encontrar una solución y recibir el apoyo necesario para cambiar las cosas.
¿Tienes un trastorno alimentario?
Hay personas a las que les cuesta identificar el origen de sus problemas o acepta la situación en la que se encuentran, por eso te vamos a contar una historia, a ver si se parece a la tuya:
Ana siempre había sido una persona alegre y sociable, pero desde que comenzó su nuevo trabajo en una empresa de publicidad, su vida dio un giro inesperado. Las largas horas en la oficina y teletrabajando la llevaron a experimentar niveles de estrés como nunca antes.
A medida que los días se volvían más agotadores, Ana encontraba consuelo momentáneo en los dulces y aperitivos que mantenía en su escritorio. Poco a poco, esos pequeños tentempiés se convirtieron en su refugio diario.
A medida que el estrés se intensificaba, también lo hacían sus episodios de atracones incontrolables. Sentía una urgencia incontrolable por comer grandes cantidades de alimentos, incluso cuando no tenía hambre. Después de cada episodio, le invadía una sensación de culpa y vergüenza, llevándola a ocultar este comportamiento de sus amigos y familiares.
Con el tiempo Ana notaba los efectos en su cuerpo y su estado de ánimo. Su peso aumentaba, lo que a su vez empeoraba su relación con la comida y con su propio cuerpo. Aunque intentaba controlar sus hábitos alimenticios, el ciclo de estrés, atracones y sentimientos de culpa parecía imparable.
Finalmente Ana entendió que debía buscar ayuda y comenzó a trabajar con un terapeuta especializado en trastornos alimentarios. A través de la terapia y el apoyo emocional, aprendió a identificar los desencadenantes de sus atracones y a desarrollar estrategias saludables para lidiar con el estrés en el trabajo.
Con paciencia y determinación, podemos ayudar a las personas a recuperar el control sobre tu relación con la comida y a trabajar en su bienestar emocional. A continuación te explicamos más en detalle como se desarrolla este trastorno y como te podemos ayudar en el Centro de Psicología Cecilia Cores.
Qué es el Trastorno Alimentario Compulsivo
El Trastorno Alimentario Compulsivo es un trastorno alimentario grave que se caracteriza por episodios recurrentes de ingestas excesivas de alimentos en un período de tiempo específico. Por lo general van acompañados de una sensación de falta de control durante esos episodios.
Estas situaciones pueden provocar sentimientos de vergüenza, culpa y malestar significativo.
Las personas que sufren de este trastorno a menudo experimentan preocupaciones persistentes sobre su peso, forma corporal y la comida, lo que puede llevar a una mala relación con la comida y con el cuerpo en general.
A diferencia de la bulimia nerviosa, las personas con trastorno alimentario compulsivo no suelen recurrir a métodos compensatorios. Es decir, no recurren al vómito o el ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de los atracones.
Este trastorno puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional de una persona, ya que puede dar lugar a problemas de peso, obesidad, depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental y física.
Personas frágiles frente al Trastorno Alimentario Compulsivo
Los trastornos de la alimentación puede afectar a una amplia variedad de personas y no está limitado a un solo grupo demográfico. Hay personas que por diferentes factores se encuentran en una posición más frágil, es decir, dicho factores pueden aumentar la susceptibilidad de una persona a desarrollar este trastorno.
Podemos resumir los factores clave en los siguientes puntos:
- Factores psicológicos: Personas que han vivido o viven experiencias emocionales difíciles, como el estrés crónico, la depresión, la ansiedad y problemas de autoestima.
- Factores socioculturales: Personas expuestas a presiones sociales y culturales relacionadas con la apariencia física y el peso, lo que podría influir en la forma en que las personas perciben su cuerpo y su relación con la comida.
- Historial de dietas restrictivas: Las personas que han experimentado dietas restrictivas severas (en casa, en el colegio, etc) pueden ser más propensas a desarrollar patrones de atracones compulsivos.
- Factores biológicos: Existen algunas evidencias de que ciertas alteraciones neuroquímicas y anomalías en el sistema de recompensa del cerebro pueden desempeñar un papel en el desarrollo del trastorno alimentario compulsivo.
- Experiencias traumáticas: Como abuso emocional, físico o sexual, pueden estar asociadas con un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios.
- Estilos de vida sedentarios: la falta de actividad física pueden influir en los hábitos alimenticios y aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno.
Es importante señalar que estos factores pueden interactuar entre sí y no siempre conducen directamente al desarrollo del trastorno alimentario compulsivo. Las personas pueden tener una combinación de factores de riesgo y protección que contribuyen a su susceptibilidad a este trastorno. La comprensión de estos factores puede ayudar a identificar a las personas en riesgo y facilitar la intervención temprana y el tratamiento adecuado.
Tratamiento
El tratamiento para el Trastorno Alimentario Compulsivo suele incluir terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicación.
El objetivo principal del tratamiento es abordar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a los atracones compulsivos. Se trata de ayudar a la persona a desarrollar una relación más saludable con la comida y el cuerpo.
Si tu situación actual se identifica con el trastorno que hemos descrito y quieres ayuda, contacta con nuestro centro de psicología hoy mismo. Contamos con un equipo de psicólogas general sanitarias con amplia experiencia en terapia cognitivo-conductual que te podrán ayudar mediante terapia presencial o terapia online.